La primavera de Praga.

La historia narra que en 1968, conflictivo año del mayo francés y las revueltas estudiantiles que conmocionaron a tantos lugares, los ojos del mundo también estuvieron sobre la antigua Checoslovaquia y su capital, donde se vivió a lo largo de ese año un proceso - bautizado como la"Primavera de Praga" - que parecía anunciar la crisis del imperio soviético.
La entrada de las tropas del Pacto de Varsovia, mayoritariamente de la antigua URSS, causó la muerte a más de 100 civiles en todo el país.

Uno de los principales acto conmemorativos fue la inauguración de la exposición Y los tanques llegaron en 1968 en el museo nacional de la capital checa, Praga. La muestra presenta, entre otros aspectos, la invasión militar de la potencia soviética.

"La invasión soviética borró completamente el sueño de la democracia en Checoslovaquia", dijo el primer ministro eslovaco, Robert Fico, durante un encuentro con su homólogo checo, Mirek Topolanek, en Praga.

Los dos políticos recordaron a las víctimas con una ofrenda floral. Se estima que unas 108 personas murieron y más de 500 resultaron heridas por la incursión rusa.

En Bratislava, el presidente checo, Vaclav Klaus, y su homólogo eslovaco, Ivan Gasparovic, también recordaron el fin de la "Primavera de Praga". "Fue una tragedia común para checos y eslovacos", dijo Gasparovic.

Por su parte, el presidente del Consejo de la Federación Rusa, Serguei Mironov, calificó hoy de "error" la entrada de tanques del Pacto de Varsovia.

“No es agradable recordar lo sucedido, pero hay que hacerlo para que no se repitan los errores del pasado", dijo Mironov, presidente del partido cercano al Kremlin Rusia Justa.

"A diferencia del mayo de 1945 (fin de la Segunda Guerra Mundial), en agosto de 1968 los tanques soviéticos no entraron gloriosos en las calles de Praga", dijo Mironov.

La violencia sólo genera odio, añadió. "Los tanques no luchaban entonces contra un enemigo, sino contra una idea política, y eso es un signo de debilidad".

La operación aceleró el fin del Pacto de Varsovia, subrayó el parlamentario ruso. En marzo de 2006, el entonces presidente rusoVladimir Putin lamentó lo sucedido, durante una visita en Praga, señalando que Rusia tiene "una incuestionable responsabilidad moral al respecto".
El ministro de Cultura húngaro, Istvan Hiller, afirmó que, sin embargo, la"Primavera de Praga" no fue en vano, ya que el igual que el levantamiento húngaro de 1956, preparó la caída de la Unión Soviética.

Según una encuesta publicada recientemente, el 70 por ciento de los checos menores de 20 años "no opina" sobre el movimiento reformista de la "Primavera de Praga". Sin embargo, en el caso de los adultos pesa más la resignación: sólo el 16 por ciento cree que el socialismo "con rostro humano" habría conducido a una sociedad mejor.

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